# Cómo comunicar, y luego qué.
Cómo comunicar, y luego qué.
Ríos de tinta se han escrito sobre la comunicación, y no hay nada nuevo que añadir a eso.
Voy a hablar de la segunda parte de la comunicación: lo que viene después.
Da igual lo bien que te comuniques: si no tiene ninguna consecuencia, no sirve de nada.
Como ejemplo autorreferencial, da igual que leas este artículo; si no tiene ningún impacto en ti, habrá sido una comunicación estéril.
Toda comunicación significativa tiene un propósito: informar, persuadir, entretener, educar, inspirar, motivar, construir relaciones, etc.
Pero ¿qué ocurre cuando las partes implicadas en la comunicación tienen propósitos distintos?
Imaginemos una conversación entre un manager y un empleado. El empleado tiene ciertas preocupaciones que necesitan ser atendidas, pero el manager solo quiere reconfortar emocionalmente al empleado y pasar página.
Supongamos que ambos son buenos comunicadores: se expresan con claridad, escuchan activamente y se entienden perfectamente.
El empleado se siente mejor, lo que era el objetivo del manager, pero si no se toma ninguna medida para resolver la situación, la comunicación resulta ineficaz a largo plazo.
Pero es peor que inútil, es contraproducente, porque el empleado dejará de comunicar sus consternaciones ya que le resulta frustrante. Se siente engañado o manipulado, y deja de creer en la cultura de comunicación abierta y honesta.
Me alegra trabajar en una empresa donde la comunicación se valora de verdad, y donde se actúa en base al feedback.